Por Rodrigo De Moya
La remera rosarina María Clara Rohner fue una de las encargadas de representar a los rosarinos y argentinos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Su llegada a las competencias internacionales y olímpicas vinieron de la mano de un gran esfuerzo individual, colectivo y social que dio sus frutos y promete mucho más.
La remera rosarina María Clara Rohner fue una de las encargadas de representar a los rosarinos y argentinos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Su llegada a las competencias internacionales y olímpicas vinieron de la mano de un gran esfuerzo individual, colectivo y social que dio sus frutos y promete mucho más.
El comienzo de Rohner en
la disciplina del remo, se fue dando casi sin quererlo. Sus primeras
remadas fueron surcando el río con la idea de disfrutarlo, en
principio sin fines deportivos pero con la idea de admirar el hermoso
paisaje que posee la ciudad de Rosario. La remera destacó que ésta
le pareció “una combinación perfecta entre la actividad física y
el disfrute del paisaje”.
Es así como el Club
Remeros Alberdi, entidad que la formó como deportista, veía
alejarse en cada remada a una gran promesa, a una chica de sólo 17
años que, casi sin darse cuenta, iba a convertirse en la gran figura
que hoy nos representa. A nivel local llevó al club a lo más alto
en varias ocasiones, obteniendo excelentes resultados.
“Empecé a competir y
cada escalón que me proponía lo podía cumplir, eso me mantuvo
motivada para la próxima meta y así llegué a ser una deportista
federada. Empecé a competir dentro de Rosario, con regatas de
interclubes, a los dos años cambié de embarcación en donde la
categoría estaba en los niveles oficiales y con mucho trabajo del
equipo de remo y del club empezamos a correr regatas en Buenos Aires
y demás lugares del país”, narró sobre sus primeros pasos hacia
el profesionalismo.
Todo esfuerzo debe ir
acompañado de un Estado presente, que fomente las políticas
deportivas, de inclusión y de un nivel equilibrado en cuanto al
resto de las potencias deportivas. Es por eso que en 2009 se decidió
crear el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard). Rohner
se refirió a la entidad aseverando que fue de “gran ayuda para el
deporte”, ya que les dio un gran empujón para minimizar las
diferencias a nivel deportivo con otros países, tales como la compra
de botes de primer nivel, la chance de concentrar a todo el equipo
nacional para obtener mejores rendimientos y de financiar los viajes
que permiten “tener el roce competitivo con los mejores países del
mundo”.
“Todos los deportistas
recibimos ayuda económica de ambas entidades (Enard y la Secretaria
del Deporte), lo que nos permite disponibilidad total para poder
entrenar. De otra manera no podríamos entrenar doble turno todos los
días ya que tendríamos que buscar otra fuente de ingresos, es por
eso que no nos quita la posibilidad de estudiar, por ejemplo”,
destacó Rohner en relación a la importancia de ambas entidades en
el rol deportivo.
Metiéndose de lleno con
su experiencia olímpica en Londres, la campeona panamericana contó
cuáles fueron sus fundamentos y los del plantel olímpico a la hora
de vestirse la celeste y blanca: “Los principios que tenemos
presentes todos los días para lograr el objetivo es ser
perseverantes, trabajar con constancia y seriedad. Allá nos
enriquecimos con un nivel máximo de competencia, realmente es
altísimo. Es ahí donde te das cuenta que hay que seguir trabajando
muchísimo más pero que no hay nada imposible de lograr, lo que es
muy bueno porque se abre un abanico de cuestiones para mejorar y que
seguro vamos a hacer”.
“Además es único el
sentimiento olímpico que se vive en todos los deportistas. La gente
que trabaja lo hace para que todo sea una fiesta, eso hace que
resalte el espíritu de convivencia, tanto en el aspecto deportivo
como en el humano”, enfatizó al momento de recordar su estadía en
la Villa Olímpica.
A modo de balance, la
remera olímpica reveló que en su caso fue “muy positivo”, ya
que pudo dar un gran “salto de calidad”, que se resumió en el
implacable trabajo y esfuerzo de muchos años. Fruto de esto fue la
medalla dorada en los juegos sudamericanos, panamericanos y el
apasionante logro de integrar el equipo olímpico nacional, que
representa a la celeste y blanca cada cuatro años.
“A nivel personal en
lo deportivo crecí mucho, pero es una carrera que vengo haciendo
hace diez años y pretendo seguir por ese camino para lograr mucho
más. Además, el equipo de entrenadores capacitados hace que estemos
cada día más cerca del camino correcto”, destacó la rosarina.
Esta sin dudas será la motivación para que el próximo sábado 27 y
domingo 28 de abril la experimentada deportista busque el primer
puesto en el Sudamericano que tendrá lugar en Brasil.