lunes, 27 de mayo de 2013

Las mujeres también se animan a jugarlo

(Por Juan Pablo Gómez) El fútbol es un deporte machista por excelencia y más aún en Argentina, donde las mujeres tratan de incluirse en el ambiente pero sin mucha suerte en los altos niveles jerárquicos. Hay jugadoras, árbitros y hasta directoras técnicas femeninas pero siempre se las ha visto como inferiores y hasta que se menosprecia por no tener el mismo sentimiento por el juego. En las últimas décadas, las damas fueron derribando los muros de los prejuicios y en esta nota lo harán una vez más. Todos los domingos, un grupo de chicas, se reúnen a almorzar y luego se dirigen a un complejo de canchas para practicar el deporte que más aman, el fútbol. Siete mujeres, entre 18 y 25 años, juegan todos los fines de semana un torneo interno con otras compañeras con la que comparten la misma pasión. Una vez terminado el asado típico previo a los encuentros, las jugadoras se dirigen al campo de juego en un colectivo de línea. En él no paran de hablar ni un segundo, charlan de su semana, de lo que pasó la noche anterior y a medida que se van acercando al destino comienzan a analizar tácticamente a su rival y a premeditar la estrategia a desplegar para poder ganar. Una vez en el complejo, se juntan con las contrincantes, se saludan amigablemente y a partir de ese momento se separan para comenzar los preparativos. Mientras las protagonistas se alistan para el partido, familiares y amigos se acercan a la cancha para alentar. Cuando las chicas salen al campo, se desata una lluvia de aplausos y papelitos como si fuese la antesala de la final del mundo. Arranca el partido y una pregunta se viene a la cabeza. ¿Sexo débil? Por supuesto que no. Las chicas jugaban cada pelota con la misma fiereza, o mayor aún, que cualquier jugador varón profesional. La torpeza y el desconocimiento del juego que se les atribuye a las mujeres quedan totalmente desacreditados cuando se puede ver a un equipo bien formado, juegan con un nivel admirable. Pero la pregunta no es sólo por las mujeres que están adentro de la cancha, sino que es adjudicable a las que están afuera también. Mientras los hombres tratan de dar indicaciones a las jugadoras, las damas, no importa la edad, parecen desaforadas dando ánimo a sus “chicas”, gritando un gol, lamentando una ocasión desperdiciada, sufriendo por una entrada a destiempo de una rival o recriminándole al árbitro del encuentro, varón, una decisión que no les parece correcta. El equipo perdió por poco pero la tristeza era evidente en las chicas. Una vez terminado el partido, felicitaron a las adversarias y se fueron a los vestuarios donde desde afuera no se sintió una palabra. Al salir, las chicas se dirigieron al bufet del complejo a refrescarse y ahí sí comenzaron los análisis y los reproches por la derrota reciente. Luego de las discusiones y cuando los ánimos se calman, las jugadoras empiezan a poner su cabeza en lo que les deparará la semana dirigiéndose cada una a su casa esperando la revancha del próximo fin de semana.

“Trataré de llegar lo más lejos que se pueda"

     Ignacio Procacitto es un piloto argentino que corre en la Fórmula Renault Plus y sueña con llegar a competir en el Turismo Carretera

Por Germán Casagrande

¿Cómo es tener que estudiar y competir?



(Por Marcos Loreto) Las 24 horas del día, por momentos, parecen interminables. Pero, ¿es verdaderamente así? Seguramente bajarán varias negativas si esta pregunta se la hacemos a algún joven que está estudiando una carrera terciaria y que a la vez esté compitiendo en un deporte. Las horas se acortan y los tiempos se agotan rápido. David Revaz y Juan Cruz Servera cuentan sus experiencias y forma de vida.
Tampoco se puede hablar de que el tiempo se divide en dos, porque se sabe que estudiar y competir conllevan varias actividades asociadas, como por ejemplo cursar, realizar trabajos, jugar partidos o entrenar. El cansancio es aun mayor cuando dentro de todas estas actividades hay un viaje de por medio. Ése es el caso del Colo Servera, quien estudia Administración de Empresas y todos los fines de semana tiene que viajar a Pergamino, provincia de Buenos Aires, para jugar al fútbol. "Viajo muy seguido de lunes a viernes. Trato de ir a Pergamino por lo menos un día en la semana para entrenar con mis compañeros y después voy a jugar el sábado o domingo. Se me hace un poco difícil manejar el tiempo, pero ya estoy acostumbrado y la rutina me lleva solo", confesó.
Entonces, ¿cómo logran estos chicos poder acostumbrarse a la rutina? Revaz explica un poco cómo hace para estar bien en forma física a la hora de jugar los partidos que disputa con Alumni de Casilda en la Primera A, y estudiar Veterinaria. "Es complicado, y hasta hoy en día se me hace difícil dividirme los tiempos. La cursada la hago a la mañana, luego cuando llego estudio a la tarde. Después entreno a las 20.30. Y por ultimo los días de partido (viernes o domingos), que empiezan a las 20.30, llego a mi casa a las 23.30", explicó Chiqui.
Varias son las actividades que tienen que hacer los chicos durante el día. Esto seguramente les afecta en su rendimiento. Un jugador de básquet profesional tiene como mínimo dos turnos de entrenamiento todos los días. Obvio que esta vida le sería imposible a Revaz, si además tiene que seguir con su segundo año de Veterinaria. Sobre la merma de rendimiento a causa de las dos actividades, el basquebolista dijo: "Posiblemente avanzaría más rápido en la carrera si no tuviera que jugar o estudiar, pero por motivos económicos necesito seguir jugando, y es algo que no me quita tanto tiempo como un trabajo común". Así queda en claro que también ambas actividades muchas veces dependen de la otra, como lo es en el caso de Chiqui, a quien el básquet le da una entrada económica que lo ayuda a poder bancar su carrera facultativa.
En cambio, Servera siempre quiso ser más y lo deja bien en claro: "Yo hoy podría ser el nueve de Boca, el que le baje todos los pelotazos a Riquelme, pero me quedé. Tuve que empezar a estudiar y eso me mató. Mi rendimiento bajó notablemente y hoy estoy en un gran club (Sírio de Pergamino), pero yo sé que podría estar jugando en Primera del fútbol argentino".
Cuando ellos tienen que elegir con cuál quedarse de las dos, por lo general, todos se inclinan al deporte. No es el caso de Revaz: "Hoy en día elijo el estudio, quizás un par de años atrás te hubiera respondido que quería dedicarme al deporte, porque me llenaba el alma. Me hacía sentir bien, pero hoy ya estoy más del lado de los animales. La imagen que tengo ahora de mí es curando perros, gatos, caballos y demás".
Contrario es el pensamiento de Servera, quien supo ser elegido como mejor jugador del fútbol de Pergamino. "¡Aguante el fútbol! Nada me va a gustar más que jugar al fútbol. No me veo en otra cosa. Ahora estoy estudiando Administración de Empresas para dejar conformes a mis padres, pero si en algún momento me pongo las pilas y me lo propongo como meta personal, en un año me ven todos jugando en Boca", añadió el delantero.
Dos opiniones distintas, dos miradas desiguales, pero una forma de vida muy parecida. Estos dos jóvenes supieron dejar en claro las problemáticas que deben sufrir todos los adolescentes cuando su destino es incierto y ningún club los apoya económicamente para que se puedan desarrollar plenamente su actividad.

Fron Tenis, deporte mundial

Podversich, es de bronce


(Por Manuel Ceballos) Irina Podversich tiene 19 años, es estudiante universitaria y a la vez jugadora de Fron Tenis del seleccionado argentino. Medallista de bronce en los Panamericanos de Guadalajara en 2011, campeona Mundial en Pau (Francia) y en Durango (País Vasco), actualmente integra la selección Argentina y la Federación de Entidades Vasco Argentina. En su entrevista con Deporte Semanario, se referió a la vida de la deportista, sus logros y el conocimiento de este deporte.
- ¿Cuál fue el pilar fundamental para que llegues bien arriba en este deporte?
- Mis padres, ya que me apoyaron siempre en todos los planes que tuve y en los deportes que quise hacer. Ellos nunca hicieron algún deporte, pero estuvieron llevándome a todos lados, apoyándome e incentivándome en cada competencia que quería participar.
- ¿Cómo te iniciaste en el Fron Tenis?
- Comencé a los 9 años, en el club Racing de General Ramírez, Entre Ríos. Desde chica hice muchos deportes, un día me llamó la atención la pelota paleta y decidí empezar a entrenar. Le pedí a mi mamá que me llevara, pero ella estuvo en desacuerdo ya que este deporte no era muy popular y no lo practicaban muchas mujeres. Después de convencerla, inicié mi carrera y en paralelo hacía voley y tenis. Hasta que a los 14 años, definitivamente me quedé con la pelota paleta.
- ¿Cuál fue tu primera competencia oficial en el Fron Tenis?
- A los 14 años me citaron de la Confederación Argentina de Pelota Paleta para que empezara a entrenar Fron Tenis para jugar un Mundial sub 22 en Valdepeñas, España, en el 2007. Ese fue el año en el que entrenamos para el seleccionado para participar de esta competencia, y ya como fue un nivel más alto, dejé de jugar los torneos argentinos, los entrerrianos y demás. Esto lo hice para dedicarme de lleno a la selección.
- Además participás en otra entidad, la Vasco Argentina...
- Sí, además de la Confederación Argentina de Paleta estoy en la Federación de Entidades Vasco Argentina. Son distintas ya que la Vasco Argentina invita a jugar torneos internacionales, como fue cuando estuve en Caracas, Venezuela, donde nos pagaron el viaje, y nos llamaron directamente a mí y a mi compañera para que representemos a esta entidad en el torneo. Es una citación especial, ellos siempre te tienen en vista y saben si estás entrenando, si venís jugando y a partir de ahí te llaman para que juegues para ellos. La mayoría de los jugadores participa en las dos, ya que no hay muchos deportistas y el nivel de juego es escaso. Por eso suelo encontrarme con la misma gente en las dos entidades. 
- ¿Cómo es el sistema de clasificación para los torneos argentinos?
- Durante todo el año tenés que hacer varios campeonatos entrerrianos y regionales, tanto en frontón como en trinquete, que es a cancha cerrada, para después clasificar e ir a los argentinos. Es por ranking, por la sumatoria de torneos que ganás y por la calidad de juego. También depende de cómo conseguís la clasificación a las competencias argentinas. Te puede tocar en clase A, B, C. En ese tiempo era categoría infantiles y después pasé a juveniles, ya que con 14 años no estaba dentro de esas tres clases. Cuando me empezaron a llamar más seguido del seleccionado tenía que viajar a Buenos Aires para entrenar todos los fines de semana y los costos se hacían muy elevados. No había ningún soporte de nadie para afrontar los gastos en los viajes y lo teníamos que bancar todo con mi familia. El viaje a Valdepeñas lo tuvimos que pagar nosotros y eso que éramos del seleccionado, pero no recibimos apoyo para esta competición.
- ¿Cómo era el sistema de entrenamiento de la selección?
- Entrenaba en el Cenard. Los fines de semana nos citaban a todos para hacer entrenamientos generales. Y una vez que quedás fijo adentro del equipo, te siguen citando y te mandan el sistema de entrenamiento con los ejercicios para realizar durante la semana y los viernes reunirse todos juntos en Buenos Aires. El entrenamiento es más que nada físico ya que es un deporte en el cual te exigís en todo momento y necesitás de eso para aguantar las competencias enteras.
- ¿Cuáles fueron las competencias más importantes en donde estuviste?
- En el Mundial sub 22 de 2009, en Gualeguay (Entre Ríos), donde salimos campeonas. Este Mundial se juega cada cuatro años. En el 2010 tuve la Copa del Mundo en categoría mayores, que terminamos en la cuarta posición. En el 2011 en otro Mundial sub 22, para federaciones, y en octubre de ese año tuve los Panamericanos, que eso ya es palabra mayor por sobre todos los torneos que estuve, ya que es el lugar más alto donde llegué y el nivel de competición más difícil en el que participé representando a nuestro país. La dimensión de ese torneo es enorme, la cantidad y calidad de jugadores que están ahí es impresionante. Y aparte, conseguir una medalla de bronce es algo único y una experiencia inolvidable. Es el mejor momento que pasé en este deporte, el sentir el himno nacional, estar dentro de la selección y conseguir una medalla... si no hubiese sido por este deporte, no estaría contando todo esto. También recuerdo los torneos en en Pau (Francia) y en Durango, ciudad del país vasco, en la que salimos primeras en 2010. Fuimos a jugar paleta y sacamos diferencia ya que allá no se practica mucho porque no hay demasiada cantidad de deportistas y el nivel es bajo.
- ¿Cuál fue tu peor experiencia en este deporte? 
- Te iba a decir que nunca me había pasado nada malo, pero iba a mentir. Hubo torneos en la que pasé malos momentos, pero eso no es lo peor. Por el hecho de ser mujer al arrancar en este deporte tuve que aguantarme las diferencias y las cosas que se decían sobre mí y las cuestiones que abarca practicar esto. Aparte, hace dos meses volví al pueblo que me vio crecer en este deporte y donde me inicié. Ese día que regresé a pisar la cancha de mi club no me dejaron jugar, ni me dieron lugar para participar. Yo creo que todo esto pasa por la envidia y por cómo fueron las cosas, pero que te hagan eso, en tu propia ciudad, tu propio club, es lo más doloroso que me pasó, ya que pensé encontrar amigos y me di cuenta que no fue así.
- ¿Seguís entrenando?
- Sí, ahora estoy entrenando para la selección y me estoy preparando para el Mundial en Mercedes (Uruguay) en octubre. Tengo que defender el título y además tengo otra Copa del Mundo de frontón 2020 en Francia, y estoy entrenando todos los días para llegar de la mejor manera. De los dos, apuesto más al Mundial de Mayores.

Ariel Cozzoni, un pilar en el predio de Malvinas


La Chancha mostró con orgullo el crecimiento y las mejoras.
La Escuela de fútbol infantil leprosa está en un momento soñado 



 

(Por Oraldo Llanos) Ariel Cozzoni es el encargado de la escuela de fútbol infantil de Newell’s. La Chancha, que se encuentra en el top 10 de goleadores históricos de la Lepra con 58 tantos, habló sobre el pasado y la actualidad de Malvinas, además de las obras que se realizaron en el mítico semillero leproso.
- ¿Cuántos chicos hay entrenando actualmente en Malvinas?
- Nosotros tenemos dos áreas, una competitiva y la otra que no es competitiva. En el área competitiva jugamos en la Liga Rosarina y ahí tenemos 300 chicos, en la parte no competitiva hay 600 chicos, así que estamos hablando de 900 niños en total. A esta cantidad de jóvenes los entrenamos por tandas todos los días a partir de las 8.45 hasta las 21.30.
- ¿Qué le intentan enseñar a los jóvenes jugadores?
- Trabajamos mucho en lo que es coordinación y técnica individual. Cuando hay algún jugador que sobresale en Rosarina, apuntamos a que técnicamente tenga todas las condiciones y los gestos técnicos que tiene un futbolista para pasarlo a Bella Vista (NdR: donde entrenan los juveniles, a partir de los 12 años, que juegan en AFA) para que allí lo sigan puliendo.
- ¿Quién es el nexo entre Malvinas y Bella Vista?
- El nexo es Jorge Theiler que es el coordinador de todas las inferiores de Newell’s. Con él tenemos un contacto muy fluido, en especial por los chicos que van a pasar a pre décima en Bella Vista. Para la pretemporada del año 2013 le pasamos alrededor de 30 jugadores categoría 2001. Todos los años le pasamos aproximadamente esa cantidad.
- ¿Qué le aportan a los chicos además de la enseñanza futbolística?
- Además de todo lo que es el aspecto futbolístico tratamos de educar mucho a los chicos. Les inculcamos valores como respetar a un compañero, a los profes o al árbitro, para esto tenemos un código de comportamiento que firman los padres. También tenemos un psicólogo que realiza charlas con todos los padres para bajarle línea de que hay que desdramatizar el baby fútbol. Gracias a esto las cosas van cambiando, se van logrando los objetivos y los chicos le toman más cariño a la institución y se sienten cada vez más identificados con el club, como nos pasaba a nosotros cuando estábamos en inferiores.
- Luego de la mala gestión de Eduardo López, ¿lograron recuperar la credibilidad de los padres?
- Sí, una de las cosas que logramos es que la gente vuelva a creer en Newell’s y en Malvinas. Esto se nota mucho en la cantidad de chicos que tenemos, además ahora las puertas están abiertas para todos. Aparte con la gestión anterior no compartía ninguna de sus políticas, pero ahora hay que mirar para adelante y tratar de que todo lo malo que pasó no se vuelva a repetir.
- ¿Qué obras y cambios se realizaron en el predio de Malvinas?
- Se hizo un consultorio odontológico en el que hay dos dentistas que vienen tres veces por semana, que les hacen una ficha odontológica a todos los niños. A esto le sumamos nutricionistas que les hacen estudios y seguimientos a los chicos y la parte de psicología que mencioné antes. Con respecto a instalaciones además del consultorio odontológico se han hecho vestuarios, baños, iluminación y más cosas que no están a la vista pero que fueron muy importantes (cañerías, cableado). Otra cosa menor, pero que no deja de ser importante es que ahora no faltan pelotas ni materiales para entrenamiento. También tenemos una tienda oficial del club donde se pueden adquirir productos e indumentaria. Por supuesto que siempre hay cosas por mejorar y vamos a continuar haciendo y trabajando para seguir creciendo.



- ¿Reciben aportes externos al club o sale todo de la institución?
- Todo lo que recibimos pasa obviamente por el club, por ejemplo tenemos las computadoras en red con la sede, acá se hacen socios, se cobra la cuota societaria y eso lo maneja un administrador que rinde cuentas al club. Después ellos determinan hacia dónde va a ir destinado el dinero, ya sea para obras en Malvinas u otras cosas. Este es un sistema muy transparente y nos saca un peso de encima a nosotros. Más allá de esto a veces recibimos donaciones de algunos socios, hinchas o ex jugadores del club, como por ejemplo Sebastián Domínguez, Germán Ré, Lucas Bernardi, Lionel Messi, Maxi Rodríguez, Hernán Bernardello, Mauro Formica y muchos otros.
La actualidad de la Escuela de fútbol infantil leprosa es totalmente opuesta a lo que se vivió durante los 14 años de gobierno de Eduardo López. Se puede observar a familias enteras disfrutar de una tarde de fútbol, en un ambiente saludable y de paz. Todo esto repercute en los chicos, que además de jugar cada vez mejor, principalmente se forman como seres humanos.