lunes, 20 de mayo de 2013

“Es el deporte más vertiginoso y difícil”

Por Darío Chiappello

El actual entrenador de basquet de Echesortu, Rogelio Spedaliere, dialogó con Deporte Semanario respecto a sus inicios en el deporte que tanto le apasiona desde su juventud. Dentro de la bodega de la disuqería Amadeus, en la cual trabaja, el técnico que supo ascender con Talleres habló de sus etapas tanto dentro como fuera de la cancha. El “Conejo” Spedaliere recordó cómo sus padres lo incitaban a practicar distintas diciplinas en el club Provincial, hasta que a los diez años se decidió por uno en particular. A esto le agregó: “El deporte me atrapó mucho y seguí jugando hasta que tuve que dejar por problemas en la columna”. Sobre su paso como jugador dijo: “Fui un jugador mediano, tuve la oportunidad de jugar la Liga C, en San Nicolás, y clasificar a la B”. También comentó que en la ciudad jugó en “todos los seleccionados de categorías intermedias”. Pero aquello que más destaca son las amistades que le quedaron de aquellos años y que todavía perduran. - ¿Qué te apasiona de este deporte? - No tengo dudas, así como los amantes del basquet, que es el deporte más vertiginoso y más difícil de jugar en el que nada está dicho hasta que no termina y eso es lo que te atrapa, la velocidad, los cambios permanentes en el marcador. En un partido de basquet no hay manera de que te aburras porque todo cambia muy rápidamente. Ya sé que voy a decir algo que no comparte muchísima gente pero al lado del fútbol, me pongo a mirar un partido y me aburro. No puedo estar noventa minutos para ver dos jugadas como la gente mientras que en el basquet cada dos o tres ataques hay cosas lindas. - ¿Qué tan popular era el basquet en ese entonces, teniendo en cuenta que en los últimos años creció su popularidad? - Muy poco popular, tan es así que no había partidos televisados. Tenías que esperar un Campeonato Argentino para ver a las figuras que uno leía en los diarios . El comienzo de la Liga fue el que cambió todo, pero antes lo más importante era el Campeonato Argentino. Después el de Tucumán se volvía a su club y el buen jugador de Chubut se volvía y no lo veías nunca más hasta el próximo campeonato, que si te tocaba lejos no lo podías ver. De cualquier manera, comparado con el deporte preferido de los argentinos, no es popular. - La Liga Nacional fue la que impulsó al crecimiento del deporte. ¿Tiene que ver también la generación dorada? - Sí, pero eso fue muy posterior, ahora la Liga está creada hace casi treinta años y la generación dorada hace diez o doce. O sea que transitó mucho la Liga antes de que esto llegue. Con la generación dorada, al igual que lo fueron Las Leonas para el hockey, el deporte tomó mucho mayor auge y me parece que la dirigencia no lo supo aprovechar porque no está bien vendido el basquet. Si ves los canales de aire o cable, sigue ocupando muy poco espacio. Un deporte que yo considero que debería estar en segundo lugar por la cantidad de logros obtenidos pero no lo han podido vender y creo que se pasó su cuarto de hora, porque ahora para que vuelva otra generación dorada va a costar. - ¿Qué anécdotas te acordás en tu época de jugador? - Muchas, antes no había tanta conciencia de portarse bien. Ahora los jugadores como viven de eso se cuidan porque es su trabajo. Pero nosotros lo que era no tener que salir la noche anterior, para nostros seguía siendo un deporte y salida y era encontrarse con dirigentes a las dos, tres de la mañana en el lugar que juguemos y salir corriendo del boliche, del bar para que no nos vean y volver al hotel. O en esa época por el dinero parábamos en moteles y eran bastante divertidas las experiencias ahí, pero el tema anécdotas es largo. - ¿Qué te motivó a ser técnico? - Seguir con el deporte. Yo lo empecé a hacer desde muy temprano con un profesor que tenía que fue Raul Burgos, que me impulsó a que dirija y después empecé a ser docente. Me gustó enseñar y los chicos se pegan a vos por lo que vos les enseñás, por lo que le transmitís, y cuando ves la evolución del chico te marca y ahí no lo pude abandonar más. Lo que me motiva es enseñar y poder transmitir lo que yo había aprendido. - ¿Cómo llegaste hasta Talleres para después llegar al ascenso? - A mí me viene a buscar uno de los dirigentes. En esa época no había muchos técnicos dando vueltas y me contactaron acá para llegar a Talleres, que no le estaba yendo bien. Estábamos a mitad de temporada con el equipo último. Como siempre, el fusible es el técnico por más que no tenga toda la culpa y se contactaron conmigo porque los demás estaban en actividad. - ¿Cómo viviste el ascenso? - Fue un año y medio importante. A veces charlamos con los dirigentes, fue tan importante salvarse del descenso porque ese equipo venía bastante golpeado y a la deriva, y por haber tenido un sprint final de siete sobre diez ganados. Después lo del ascenso lo vivimos con todo un grupo fenomenal donde estuvieron dirigentes como Juan Fortuna, Adrián Saenz que tiraron del carro para adelante y los jugadores que hicieron lo suyo. Eran buenos jugadores y muy buena gente, por eso llegamos. - En Echesortu, ¿cómo viene el trabajo teniendo en cuenta que te trajeron también para sacar puntos y hacer una buena campaña? - En Echesortu se plantea como un año de transición porque venían de cinco años jugando en el Federal con buenos presupuestos y este año se encontraron con que no pudieron cumplir porque se le cayeron los sponsors. Y acá todo se hace cuesta arriba para volver conseguir sponsors. Entonces entraron en un año de transición, habían quedado tres jugadores, el técnico también se había ido. Estamos tratando de armar un plantel en estos primeros tres meses. Ahora por suerte, este viernes tengo la llegada de dos jugadores que están jugando en liga y creo que eso nos va a dar un plus grande donde tenemos que empezar a demostrar que no somos un buen equipo sino un gran equipo. Con dos jugadores de esa categoría lo más difícil va a ser ensamblar los egos, porque todos quieren anotar y cuando vos tenés los buenos jugadores, lo más difícil es que sea realmente un equipo. - ¿Qué te motivó a venir a Echesortu teniendo en cuenta la situacion en que estaba? - La verdad que yo no quería dirigir más, por lo menos un año por motivos familiares. No tenía mucha motivación y despues de tres o cuatro reuninones con dos amgios de la infancia que jugaban en contra mío en Echesortu, me convencieron para que les dé una mano porque venían bastante golpeados. La motivación va surgiendo porque cuando te sentís parte, la motivación sobra. - ¿Qué expectativas tenés en el club? - Llegar lo más alto posible, hacer un buen papel, principalmente de ser responsable y lo que le digo a los jugadores: ojalá les pueda dejar algo, enseñar algo y que se vayan de ahí y digan “esto me lo enseñó el Conejo”. - ¿A qué aspirás como técnico? - No creo que pase de acá de Rosario porque para salir a dirigir afuera ya es todo una movida grande en la cual, con dos hijos chicos y mi señora, no puedo. Tengo mis obligaciones laborales, de las cuales vivo, porque el basquet uno lo hace por gusto y por pasión. O sea que simplemente mi mayor expectativa es ser un técnico reconocido en la ciudad. Yo creo que tendría que ser bastante más joven y con otro círculo social, estar quizás soltero para poder salir de acá. Por ahí tomás algo más grande, por ejemplo dirigir una B y perdés cuatro, cinco partidos y a los dos meses estás de vuelta. Entonces no te podés mover, dejar tu laburo para tomar éso. No voy a tomar la decisión de dedicarme exclusivamene a ser entrenador. - ¿Cómo se vive el ser entrenador y tener una vida laboral teniendo en cuenta que el basquet no es un deporte con tanto presupuesto como el fútbol? - Como cualqiera que tiene dos trabajos, nada más que esto no es un trabajo, es algo que te gusta, ir al club, juntarte con los jugadores, diagramar el partido. Como dijo el Huevo Sánchez creo que ninguno podría vivirlo de otra manera porque no nacimos para ser oficinistas, estar en un mostrador. Es para nosotros tener la adrenalina de ganar o perder, la presión de tener que ganar para estar mejor. Es algo que convive con uno y si te falta, es cuando te empezás a sentir aburrido, entonces podés parar pero al año querés volver porque es lo que te apasiona. - ¿Pensaste en dejar el basquet? - Dejarlo no, sí hacer un impasse. El año pasado en Talleres fue largo, duro, hay muchas cosas alrededor que me habían agotado un poco. Entonces pensé en parar un poco, estar con la familia, pero las ganas te vuelven y arrancás de nuevo. - ¿Recibís apoyo de tu familia? - Más por parte de mi vieja, que me sigue como toda madre. Mi esposa me banca porque volver a las once y media, tres veces a la semana, más el partido es complicado. Como todo entrenador de fútbol, handball, waterpolo, volvés a tu casa y no estás cuando cenan tus hijos y es duro porque te perdés la parte más linda que es cuando crecen los chicos, y sí o sí necesitás el apoyo de la familia. - ¿A tus hijos les vas inculcando la pasión del basquet? - Yo tengo un nene y una nena. La nena no me gustaría que juegue al basquet, ya que tanto lo conozco y no lo veo un deporte para mujeres. Pero sí les inculco la pasión por el deporte, que hagan algo con pasión. Ojalá que sea el basquet lógicamente para mi hijo, pero si quiere jugar al volley, al tenis, al deporte que sea, porque lo más importante es lo que te deja fuera del resultado. - ¿Cómo te imaginás en unos años en el basquet? - Dirigiendo o disfrutándolo, como siempre, como un amante del deporte, sea mirándolo por tele, como miré la final del TNA o Liga Nacional o NBA, es lindo. Siempre que una persona tenga una pasión por algo, es lo que te mueve, sea por el arte, el cine, la escultura, la música. Pero lo tenés que hacer con ganas y a mí me gusta y lo veo disfrutándolo del ámbito que sea. Aunque no como dirigente, porque no podría serlo, pero sí como docente, como entrenador, o simplemente como espectador. Con estas palabras Spedaliere finalizó esta charla en la cual dio a conocer con toda amabilidad cómo vive el deporte que ama y cómo lo sigue a pesar de todo. El Conejo es hoy entrenador de Echesortu y el club tiene fe en que pueda sacar al equipo de la mala situación en la que se encuentra.

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