Por Federico Aubets
Históricamente la “pampa gringa”, aquella zona comprendida entre el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el oeste cordobés, fue el área geográfica pionera de los chicos que luego terminaban siendo las figuras de los grandes equipos. Sin embargo esta tendencia comenzó a cambiar en los últimos años a partir de la irrupción de la Patagonia, más específicamente de Chubut, como fuente de nuevos talentos. Juan Manuel “Búfalo” Tévez y Bruno Nasta, ambos jugadores de Guillermo Brown, dan testimonio de la evolución que vivió el fútbol en la Península de Valdez.
Al sur del Río Colorado, a fines del siglo XIX y principios del XX, lejos de los grandes centros urbanos, el ser humano tuvo que adaptarse a condiciones de vida adversas: el viento, el clima hostil y la soledad en un inmenso desierto. Y el fútbol no fue ajeno a esos cambios, los primeros clubes australes como Huracán de Comodoro Rivadavia o Cipolletti sólo competían en las ligas regionales hasta mediados de la década del 60’, cuando nacieron los viejos campeonatos nacionales de la mano de Valentín Suarez, en los cuales estos comenzaron a competir con los clubes de Buenos Aires y Rosario, que estaban directamente afiliados a la Asociación del Fútbol Argentino.
‑El caso emblemático en los últimos años fue el de la Comisión de Actividades Infantiles, que actuó durante 8 temporadas consecutivas en la segunda división, con pocos hinchas pero con jugadores que sobresalieron en el ámbito nacional como Sergio Romero, actual arquero titular de la selección nacional, Sixto Peralta, Andrés Silvera, entre otros. También se destacó la participación de “la banda”, que hizo grandes campañas en el Torneo Argentino A y que lo coronó con un histórico ascenso en 2011 que le permitió enfrentar al clubes grandes del ámbito nacional.
El delantero Tévez describió cómo se respira este deporte en esa región del país: “El fútbol se vive muy pendiente de lo que le pasa al clásico rival (Deportivo Madryn), la gente es muy fanática”. Su compañero de equipo agregó que “los hinchas son seguidores y fieles pero no tanto como en Buenos Aires y otros lugares”.
Las grandes distancias con las principales ciudades es un problema que deben enfrentar cada vez que juegan de visitante y que se profundizó durante la temporada que Brown participó en el Nacional B. “Es difícil, a los jugadores nuevos les cuesta adaptarse a eso y a los pocos lugares de entrenamiento que hay”, expresó el atacante. Por su parte, Nasta, oriundo de Pergamino, declaró: “En el Argentino A todos los equipos tienen viajes largos, por ahí nosotros somos los que más viajamos, pero sabemos que es así y hay que habituarse”.
El fuerte viento es una postal que se ve muy a menudo en la parte austral de la Argentina. “Es molesto, se presenta pocas veces cuando nos toca jugar pero en Comodoro es más intenso”, explicó el Búfalo.
“Ser futbolista en la Patagonia tiene sus contras, como el estado de las canchas y la lejanía con Buenos Aires”, añadió Nasta. A su vez el hincha de Douglas Haig agregó: “En esta zona surgieron muchos jugadores como Martín Rolle (Arsenal), Mauro Fernández (Peñarol), Cristian Lema (Quilmes). Silvera y Hugo Barrientos son de Comodoro Rivadavia”.
Por ese motivo las divisiones inferiores cumplieron un rol fundamental para la formación de esos destacados futbolistas. “Hay buenos talentos pero al estar tan lejos no se los ve mucho”, sintetizó el goleador. Asimismo, Nasta remarcó que “hay clubes que trabajan bien con enfoque a futuro”.
Nadie les quita lo bailado a los muchachos del sur que disfrutaron la experiencia más allá de lo poco que duró. “Rescato el roce con clubes de mucha historia como Central y River, haber jugado en sus estadios y enfrentado a sus jugadores. Fue un furor para la ciudad”. A la vez, su socio de ataque señaló que “el club disputó el mejor Nacional de toda la historia y consiguió empatar en el Monumental y en el Gigante de Arroyito”.
El paso de Guillermo Brown por la B Nacional durante la temporada 2011/2012 generó una revolución en la comunidad madrynense, y por eso el sueño de regresar a una categoría de relevancia nacional es la obsesión de una parte de la ciudad. Las condiciones y las ganas están por eso a la ilusión nada ni nadie la detiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario