(Por
Federico Aubets) Es difícil encontrar
en el mundo del fútbol un protagonista que tenga la seguridad que
expresa Federico Arias a través de sus palabras cuando hace
referencia a sus modos de ver la vida y el deporte. Su experiencia en
el fútbol internacional y su formación educativa le han aportado
herramientas para hablar con conocimiento de aquellos temas que
trascienden lo que sucede dentro del perímetro del campo de juego.
Federico
Arias jugó en muchos equipos y vivió en varios países, pero una de
las cuentas pendientes que tuvo como jugador fue no haber podido
retirarse con la camisa de Rosario Central, el club de sus amores.
“Siempre fue mi sueño, y aún teniendo edad para jugar, porque
tengo 34 años, considero que estoy afuera del circuito futbolístico
y mi aporte tendría que ser desde otro lado”, reflexionó Torpedo.
En
Arroyito vivió buenos momentos y asimismo cosechó amistades.
“Laureano Tombolini es el jugador con quien
mejor
relación tengo, también con Juan Pizzi, Luciano Figueroa y Paulo
Ferrari”. También las tiene en el Parque Independencia:
“El
padrino de mi hijo
Franco
es Damián Manso, tengo contacto con Lucas Bernardi, Maxi Rodríguez,
los hermanos Crosa, Iván Gabrich y Jorge Priotti”.
Sin
embargo
no todo es color de rosas en la vida del jugador: Arias explicó con
precisión cómo asimiló su retiro del fútbol. Siempre supo quién
era y de dónde venía, por eso ese proceso no fue tan traumático en
su caso personal. Tan bien lo comprendió que hoy incursionó en el
periodismo y está dando sus primeros pasos como entrenador en un
equipo de la rosarina.
-¿Cómo
es para un jugador de fútbol tomar la decisión de dejar la
actividad?
-Es
complicado. Cuando uno llega a la barrera de los 30 años va tratando
de hacerse la cabeza de otra posible actividad. Es algo que se
trabaja con psicólogos deportivos, se charla mucho en familia y se
toma una decisión en los momentos en los que uno considera que
todavía está en un buen momento y es mejor que uno termine dejando
la carrera y no que ésta te termine pidiendo el retiro.
-¿Tenías
ganas de dejar el fútbol o lo tuviste que hacer a duras penas?
-Yo
considero que aún tenía mucho para dar porque me retiré a los 30
años y me quedaban cuatro o cinco años más seguro. Estaba jugando
afuera del país y me vine para Argentina, la familia fue un factor
que incidió mucho ya que mi familia vivía acá, incluidos mis
hijos, y yo estaba viviendo solo afuera del país, por eso me radiqué
de nuevo en la ciudad de Rosario.
-¿Es
complicado salir de la vida de los hoteles y viajes y volver a la
vida común de la calle?
-Nunca
me puse el cartelito de futbolista o de tipo conocido. Al contrario,
traté de mantener un perfil adecuado al nivel social donde uno se
mueve. Obviamente el estar viajando mucho y tener contacto con gente
muy importante del fútbol, hace que uno tenga acceso a distintas
cosas, que no las tiene el común de la gente, pero tuve los pies
sobre la tierra porque la vida continúa y el fútbol acaba. Siempre
me moví de la misma manera y nunca crucé de vereda.
-Jugaste
en muchos países como Inglaterra, Italia, Perú, Chile y Venezuela.
¿Qué cosas rescatás de tu paso por aquellas tierras?
-La
experiencia cultural que me sirvió para manejarme en mi vida, el
haber tenido la chance de haber jugado en tantos lugares, donde a
nivel social, económico y político se viven cosas diferentes, uno
va enriqueciendo ideas, sumando perfiles y eso es útil para que uno
se forme para lo que viene después del fútbol, más allá de lo
deportivo. Haber jugado la Premier League, la liga más vista del
mundo, me sumó mucha experiencia y riqueza en lo deportivo. Yo a mi
vida la considera bastante amplia para sólo quedarme con lo
futbolístico.
-¿Cómo
te sentís en esta nueva función de participar en programas
televisivos y radiales?
-Muy
cómodo, por el hecho de no haber estudiado periodismo. Creo que me
desempeño dentro de los parámetros normales para tener las puertas
abiertas en un montón de
medios
y eso hace que uno pueda manejarse con objetividad, respeto y la
posibilidad de crecer en una profesión que nunca pensé que iba
ejercer. También tuve la suerte de completar mis estudios primarios
y secundarios que me permitieron tener un léxico apropiado para la
función que estoy encarando.
-Hace
poco asumiste como entrenador de Internacional de Villa Gobernador
Gálvez. ¿Qué diferencias encontraste con tu vieja función de
jugador?
-Muchas.
La primera es que uno tiene que dejar muchas veces las pulsaciones de
lado porque el jugador lo puede descargar en un campo de juego y el
técnico no, sino que debe poner un manto frío a las cosas y tomar
decisiones. Por suerte tuve la chance de arrancar en Rosarina, esto
hace que uno pueda tener el margen de error necesario, que no existe
prácticamente en el profesionalismo. Otro problema es que no uno
está acostumbrado a que en su profesión fue un fórmula uno y por
ahí trasladarlo a los más jóvenes, hace que yo tengo las cosas
diseñadas en mi cabeza como fáciles y no todos tienen por ahí la
misma suerte de tener la capacidad para después plasmarlo dentro de
un campo. Por eso uno tiene la responsabilidad de que esos conceptos
sean bien recibidos.
-¿Aspirás
a tener una carrera como entrenador o lo tomás como un hobby a este
desafío?
-No,
el
hobby que tengo es la pesca y la caza. Todo lo que uno encara con un
objetivo tiene que ser tomado seriamente. Uno lo puede disfrutar y
divertirse pero a la hora de trabajar hay que ser serio.
Federico
Arias jugó en muchos equipos y vivió en varios países, pero una de
las cuentas pendientes que tuvo como jugador fue no haber podido
retirarse con la camisa de Rosario Central, el club de sus amores.
“Siempre fue mi sueño, y aún teniendo edad para jugar, porque
tengo 34 años, considero que estoy afuera del circuito futbolístico
y mi aporte tendría que ser desde otro lado”, reflexionó Torpedo.
En
Arroyito vivió buenos momentos y asimismo cosechó amistades.
“Laureano Tombolini es el jugador con quien
mejor
relación tengo, también con Juan Pizzi, Luciano Figueroa y Paulo
Ferrari”. También las tiene en el Parque Independencia:
“El
padrino de mi hijo
Franco
es Damián Manso, tengo contacto con Lucas Bernardi, Maxi Rodríguez,
los hermanos Crosa, Iván Gabrich y Jorge Priotti”.
Sin
embargo
no todo es color de rosas en la vida del jugador: Arias explicó con
precisión cómo asimiló su retiro del fútbol. Siempre supo quién
era y de dónde venía, por eso ese proceso no fue tan traumático en
su caso personal. Tan bien lo comprendió que hoy incursionó en el
periodismo y está dando sus primeros pasos como entrenador en un
equipo de la rosarina.
-¿Cómo
es para un jugador de fútbol tomar la decisión de dejar la
actividad?
-Es
complicado. Cuando uno llega a la barrera de los 30 años va tratando
de hacerse la cabeza de otra posible actividad. Es algo que se
trabaja con psicólogos deportivos, se charla mucho en familia y se
toma una decisión en los momentos en los que uno considera que
todavía está en un buen momento y es mejor que uno termine dejando
la carrera y no que ésta te termine pidiendo el retiro.
-¿Tenías
ganas de dejar el fútbol o lo tuviste que hacer a duras penas?
-Yo
considero que aún tenía mucho para dar porque me retiré a los 30
años y me quedaban cuatro o cinco años más seguro. Estaba jugando
afuera del país y me vine para Argentina, la familia fue un factor
que incidió mucho ya que mi familia vivía acá, incluidos mis
hijos, y yo estaba viviendo solo afuera del país, por eso me radiqué
de nuevo en la ciudad de Rosario.
-¿Es
complicado salir de la vida de los hoteles y viajes y volver a la
vida común de la calle?
-Nunca
me puse el cartelito de futbolista o de tipo conocido. Al contrario,
traté de mantener un perfil adecuado al nivel social donde uno se
mueve. Obviamente el estar viajando mucho y tener contacto con gente
muy importante del fútbol, hace que uno tenga acceso a distintas
cosas, que no las tiene el común de la gente, pero tuve los pies
sobre la tierra porque la vida continúa y el fútbol acaba. Siempre
me moví de la misma manera y nunca crucé de vereda.
-Jugaste
en muchos países como Inglaterra, Italia, Perú, Chile y Venezuela.
¿Qué cosas rescatás de tu paso por aquellas tierras?
-La
experiencia cultural que me sirvió para manejarme en mi vida, el
haber tenido la chance de haber jugado en tantos lugares, donde a
nivel social, económico y político se viven cosas diferentes, uno
va enriqueciendo ideas, sumando perfiles y eso es útil para que uno
se forme para lo que viene después del fútbol, más allá de lo
deportivo. Haber jugado la Premier League, la liga más vista del
mundo, me sumó mucha experiencia y riqueza en lo deportivo. Yo a mi
vida la considera bastante amplia para sólo quedarme con lo
futbolístico.
-¿Cómo
te sentís en esta nueva función de participar en programas
televisivos y radiales?
-Muy
cómodo, por el hecho de no haber estudiado periodismo. Creo que me
desempeño dentro de los parámetros normales para tener las puertas
abiertas en un montón de
medios
y eso hace que uno pueda manejarse con objetividad, respeto y la
posibilidad de crecer en una profesión que nunca pensé que iba
ejercer. También tuve la suerte de completar mis estudios primarios
y secundarios que me permitieron tener un léxico apropiado para la
función que estoy encarando.
-Hace
poco asumiste como entrenador de Internacional de Villa Gobernador
Gálvez. ¿Qué diferencias encontraste con tu vieja función de
jugador?
-Muchas.
La primera es que uno tiene que dejar muchas veces las pulsaciones de
lado porque el jugador lo puede descargar en un campo de juego y el
técnico no, sino que debe poner un manto frío a las cosas y tomar
decisiones. Por suerte tuve la chance de arrancar en Rosarina, esto
hace que uno pueda tener el margen de error necesario, que no existe
prácticamente en el profesionalismo. Otro problema es que no uno
está acostumbrado a que en su profesión fue un fórmula uno y por
ahí trasladarlo a los más jóvenes, hace que yo tengo las cosas
diseñadas en mi cabeza como fáciles y no todos tienen por ahí la
misma suerte de tener la capacidad para después plasmarlo dentro de
un campo. Por eso uno tiene la responsabilidad de que esos conceptos
sean bien recibidos.
-¿Aspirás
a tener una carrera como entrenador o lo tomás como un hobby a este
desafío?
-No,
el
hobby que tengo es la pesca y la caza. Todo lo que uno encara con un
objetivo tiene que ser tomado seriamente. Uno lo puede disfrutar y
divertirse pero a la hora de trabajar hay que ser serio.
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