(fuente: www.casildaya.com)
(Por Marcos Loreto) Un hombre vinculado cien por ciento al básquet. Un entrenador con 35 años en su profesión, con más de una docena de equipos en su hombro y con un buen paso por la Liga A, la más importante a nivel nacional. Un señor amable y sin ruedos, que cuenta cómo fueron sus inicios en el básquet, algo que viene de generación en su familia. Edgardo Venturi, que ya prometió que no dirigirá más básquet, hoy tiene su equipo en los cursos que dicta en los niveles uno, dos y tres de ENEBA, Escuela Nacional de Entrenador en Básquet de Argentina.
(Por Marcos Loreto) Un hombre vinculado cien por ciento al básquet. Un entrenador con 35 años en su profesión, con más de una docena de equipos en su hombro y con un buen paso por la Liga A, la más importante a nivel nacional. Un señor amable y sin ruedos, que cuenta cómo fueron sus inicios en el básquet, algo que viene de generación en su familia. Edgardo Venturi, que ya prometió que no dirigirá más básquet, hoy tiene su equipo en los cursos que dicta en los niveles uno, dos y tres de ENEBA, Escuela Nacional de Entrenador en Básquet de Argentina.
- ¿Cómo fue
Edgardo Venturi como jugador?
- Dicen que en las
generaciones sale uno bueno, uno malo. Mi viejo fue muy bueno, le
tocó llegar a un campeonato mundial, y a mí me tocó ser de los
malos. No es que era malo, lo que pasaba era que no me gustaba
entrenar, o sea me encantaba jugar al básquet. Empecé de muy
chiquito en Peñarol de Elortondo, después nos vinimos para Rosario
y jugué en Entudiantil, Unión y Progreso, y luego en Gimnasia y
Esgrima. Debuté en primera con 15 años, y comencé a dirigir a los
25 años.
- Una carrera
corta como jugador, ¿cómo la experiencia de pasar a ser entrenador?
- Muy buena, la verdad no hubo problemas, mucho respeto. Arranqué en
Gimnasia. Yo era jugador de ahí, el entrenador dejó el cargo y,
como yo estaba estudiando el profesorado de educación física,
agarré como técnico. De ahí me fui a Melincué, luego a Newell’s
y varios equipos de la ciudad, entre ellos Provincial en la Liga A.
- Me encantó. Por supuesto que tenés que atender otras cosas. Pero,
para citar un ejemplo, Bill Grean, un entrenador norteamericano, dice
que el básquet es siempre igual, solamente cambia que, en ligas más
importantes, es más fuerte y más rápido. Pero que la esencia del
básquet es siempre igual. Es lo mismo entrenar en Estudiantil o en
la NBA, sólo que acá saltan más alto, corren más rápido, pero en
sí el deporte es igual. Y en Provincial lo que pasó fue que hubo
cambio político, y con ése cambio vino otro entrenador.
- ¿Cuál fue tu
recorrido por los equipos que dirigiste?
- Uf... Bueno ya
te nombré algunos, pero quedan María Juana, Maciel, Gimnasia,
Náutico, Alumni.
-¿Por qué
decidiste dirigir siempre equipos de Rosario y la zona?
- Eso es muy importante, porque sí es verdad: una vez me llamaron de
Puerto Madryn para dirigir Liga A. Me dijeron que me mandaban los
pasajes un jueves y que el viernes tenía que estar dirigiendo. Tuve
tres días para evaluar. Pensé todo lo que uno deja y el cambio de
vida. Yo no creo que el básquet dé para vivir bien. Porque uno
puede ser campeón de Liga y demás, pero una vez que eso se corta,
tenés que vivir un tiempo con lo que ganaste antes. Finalmente
decidí que mi vida es básquet y educación física.
- Sí obvio, para tener una seguridad, una estabilidad, que el
básquet no te la da. Ni los mejores entrenadores del país. El
ejemplo es León Najnudel, creador de la Liga, que con lo que ganaba
lo único que podía hacer era viajar a otros lados, y de ahí nada
más.
- En Rosario,
¿cómo es el tema laboral y económico?
-No creo que en Rosario haya problemas de ese tipo. A mí siempre me
han pagado bien. Lo que me cansó en Rosario fue el permanente
contacto con los jugadores y sus problemas. Imaginate 35 años de
profesión y siempre ayudando a mis jugadores en sus problemas,
porque yo me manejo así, quizás otros no le dan importancia.
- Hoy lo que hago
es dar clases en ENEBA. Hoy mi pasión está en poner un granito de
arena y tratar de ayudar a los que después serán formadores de
entrenadores. Y estoy totalmente volcado a lo que hago, con
objetivos, tengo ganas. Creo que esta es una vía para poder hacerlo
y lo disfruto mucho.
Esas fueron las palabras de Edgardo Venturi, un veterano que pasó
por el básquet rosarino y que hoy no abandona el deporte, ya que
hace lo propio dictando cursos para entrenadores de Rosario y la
zona.
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