Personalidades del fútbol, espectáculo y periodismo se unieron para ayudar a los afectados de la tragedia ocurrida en la ciudad de Rosario
El desfile de figuras locales, nacionales e internacionales que se vivió en la previa del partido solidario en el estadio de Central Córdoba fue algo totalmente único y, para muchos, hasta posiblemente irrepetible. Algún que otro chiquito y su madre se pudieron meter en la zona de vestuarios y disfrutar de estar a centímetros de sus ídolos. Todos unidos por la misma causa: ayudar.
Eran las 14.30 del lunes 19 de agosto y todavía faltaba una hora para que comenzara a disputarse este encuentro a beneficio por las víctimas de la tragedia de calle Salta 2141, que afectó a toda la ciudad de Rosario. Una vez ingresado al Gabino Sosa por la puerta azul de calle Virasoro, uno se encontraba en el sector donde se codeaba con los futbolistas que asistieron a esta fiesta de colaboración. Sebastián Abreu, Maximiliano Rodríguez, Gabriel Heinze, Paulo Ferrari, todos ubicados en una zona de cuatro metros de largo por cuatro de ancho, en la que se saludaban con la gente del Charrúa, con los periodistas que asistieron al evento y se sacaban fotos con los chiquitos afortunados que se colaron.
Con el correr de los minutos, la zona se iba llenando de más gente, de más figuras. Los chicos de Lo Lumvrise, Julián Bricco, Roberto Caferra, Pablo Gavira, Juan Junco, futbolistas como Nahuel Guzmán y Pablo Pérez, que se dirigían a los vestuarios en donde ya estaban Petaco Carbonari, Boquita Sensini, Aldo Pedro Poy, y se estrechaban las manos, con abrazos de por medio y muchas sonrisas, recordando viejas épocas y contando cómo iban sus vidas.
Y de a poco iban saliendo del vestuario estas estrellas, vestidos con camisetas verdes y naranjas, que distinguía al equipo para el cual iban a jugar. Estas vestimentas compartían el mismo lema en la zona del pecho: Fuerza Rosario. Y para ellos, recorrer esos pocos cuatro metros les costaba varios minutos, porque debían hacer peajes entre algunos hinchas que se metieron y solicitaban, muy emocionados, las fotos con sus ídolos, hablándoles, diciéndoles “sos un genio” o “el domingo metés un gol”. Pero sin dudas que el que más simpatizantes tuvo fue el Patón Guzmán, quien no podía ni siquiera dar un paso de los tantos jovencitos que lo rodeaban, emocionados, con unas gigantes sonrisas en sus caras y sin dejarlo mover, abrazándolo.
Otra figura que llamó mucho, pero mucho la atención de todos los allí presentes fue Carolina Losada, con una vestimenta acorde al evento, pero no así a la zona en la que desfiló por unos minutos. Los ex jugadores, los que siguen en vigencia y principalmente los periodistas locales dirigieron sus ojos a la impactante conductora de canal América. Casi con dos metros de altura, gracias a los gigantescos tacos que se trajo, y con una calza bastante ajustada, recorrió ese sector rápidamente y fue directo al césped del Gabino. Algunos levantaban sus cejas, entrecerraban sus ojos, mordían su labio inferior y movían lentamente de izquierda a derecha su cabeza, expresando no poder creer lo que pasó por enfrente de ellos. Y sí, era ella, es real.
El reloj marcaba las 15.30 y ya estaban todos preparados, vestidos, cambiados y con la presencia de la periodista y Gerardo Rozín arriba, en la cancha, presentando lo que iba a ser este bellísimo y gratificante espectáculo. Los participantes de este evento subieron las escaleras, charlando y compartiendo risas, para pisar de una vez por todas el verde césped y comenzar con esta fiesta que sirvió para dar una mano, un aliento más a los damnificados de la tragedia que, de distinta manera, afectó a todo Rosario. Pero que de a poco va dando comienzo a una reconstrucción total, no sólo en la zona afectada, sino también un cambio de mentalidad en los habitantes de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario