lunes, 10 de junio de 2013

Kinesiologia, una mirada distinta de otra pasión

Nicolas Erbes, kinesiólogo del Argentino B mostró todas sus habilidades y cómo es un partido en la parte médica del plantel


(Por Manuel Ceballos) Todo arrancó a las 18.15, cuando Nicolás Erbes empezó con los trabajos pre competitivos junto con el preparador físico, anticipando al comienzo del partido de la primera división de Atlético Paraná frente a Rosamontes de Misiones. La noche comenzó a caer, la gente llegó al estadio y los jugadores se movían haciendo ejercicios dentro del campo de juego. A pesar de la aparente tranquilidad, dentro de los vestuarios todo era más tenso: tres pilares fundamentales del equipo presentaban molestias, producto de golpes y roces normales producidos en el partido anterior, por lo que fueron auxiliados por el kinesiólogo, responsable de dejarlos en condiciones.

Después de las correspondientes revisiones y masajes, todo marchó de la mejor manera y sin sobresaltos. Los jugadores estaban listos para salir a la cancha, momento en que se escuchó al ayudante técnico decir: “Hoy cueste lo que cueste, tenemos que ganar”. Después de haberse cambiado, y ya con la vestimenta para entrar al campo de juego, empezó la charla del DT que muchas veces nombró y expresó que el partido era clave para su continuidad y la situación anímica de todo el plantel. A partir de esto, se unió el equipo antes de salir y el capitán dejó sus palabras de motivación para los once que salieron a jugar.

Sentado en el banco de los suplentes, el kinesiólogo debió entrar en acción rápidamente, ya que el marcador de punta derecha recibió un golpe del delantero rival en la rodilla derecha. No fue grave, sólo un golpe normal que puede recibir cualquiera dentro de una cancha de fútbol.

En los primeros 15 minutos de juego todo transcurrió de manera tranquilo, con muy buen nivel de juego y muy poco trabajo del cuerpo médico del equipo. “No pasa nada che, es muy raro que Marcos no se haya tirado todavía o pedido asistencia”, expresó Erbes entre risas, haciendo referencia al puntero izquierdo del plantel, al que además definió como el más mañoso de todos. “En todos los partidos siempre tiene una molestia”, dijo, lanzando un comentario que generó risas y rompió con la seriedad de algunos que estaban tensos mirando el partido.

Pasando la media hora, el conjunto visitante marcó el primer gol del partido, donde el arquero recibió un golpe en la cabeza posterior al cabezazo del delantero rival. En breve fue atendido y pudo continuar en el partido. El árbitro terminó la primera etapa y en el entretiempo hubo cambio de vendajes para dos defensores y masajes en el posterior izquierdo para el enganche, Martín Trinidad, que manifestó un fuerte golpe.

Sin más conflictos, el cuerpo técnico volvió al banco de los suplentes a la espera del segundo tiempo. En el camino, el kinesiólogo exclamó: “A veces es difícil hacer entender a un jugador que no puede seguir y que yo no puedo hacer nada para que siga jugando. Si lo exijo, lo puedo terminar lesionando de una mala manera y después las consecuencias caen sobre mí”.
Comenzó la segunda etapa y todo siguió de la misma manera. Los minutos pasaron y el técnico decidió meter el primer cambio para cambiar el aire. Pablo Sione, mediocampista central, debió dejar el campo y, cuando llegó al banco, pateó los asientos y dejó unas palabras en el aire. Muy cerca suyo, Erbes contó que la relación del número cinco con el DT no es muy buena.

El tiempo pasó y se agotaron los cambios, no faltando mucho para terminar. “Yo lo vivo de la misma manera que el jugador y ojala pudiera cambiar las cosas que pasan adentro”, confesó el kinesiólogo faltando diez minutos para el final del encuentro, donde Atlético Paraná no logró conseguir el empate: después de dar dos minutos de adición el juez dio por finalizado el partido.

Todos los jugadores se encaminaron al vestuario y, después de ducharse, recibieron la charla del DT y se retiraron. Sin más trabajo, Nicolás Erbes dejó el estadio y reconoció que no fue un día agotador de trabajo ya que las dos semanas de parate previas al partido le hicieron bien a muchos jugadores. “Espero que vuelvan, cuando las papas quemen”, dijo el trabajador silencioso del cuerpo técnico.

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