Disfrutó y presenció el fervor que se vive en nuestro fútbol
(Por Oraldo Llanos) En la ciudad de San Jorge, en el centro oeste santafesino, hay un grupo de daneses de intercambio cultural. Uno de los extranjeros se llama Anders Frederiksen, tiene 17 años y es seguidor del fútbol. Por este motivo, cuando arribó a Argentina uno de sus primeros deseos fue presenciar un partido.
Una tarde asistió finalmente a un encuentro disputado por el torneo de la Liga San Martín de fútbol (del departamento homónimo). Seguramente no es lo mismo que presenciar un partido de la Primera División de AFA, pero contiene los mismos condimentos de cualquier partido que se dispute en estas tierras. Allí se enfrentaban el local, Club Atlético San Jorge, contra Americano de Carlos Pellegrini. El desarrollo es anecdótico, lo importante fueron las vivencias que experimentó el joven turista en una cancha argentina.
El comienzo del match estaba pautado para las 16.30. Sobre esa hora, alrededor de 600 personas ocupaban el estadio. La tarde comenzó con el clásico choripán, algo que al principio Anders observó con dudas, pero finalmente lo disfrutó y hasta se animó a una segunda vuelta.
Anders, el joven danés |
Luego se dispuso a mirar el partido, pero sorprendido por la falta de butacas detrás de los arcos y sin entender mucho el por qué de semejante griterío previo a la salida de los equipos. Según sus propias palabras, lo que más llamó su atención fue el fervoroso recibimiento de los hinchas cuando los equipos salieron al terreno de juego, con papelitos, cánticos y algo de pirotecnia.
Mientras se sucedían las jugadas, el europeo posó su atención en el número 9 de San Jorge, por su calidad y productividad en el área rival (marcó el único tanto de su equipo). Para cualquier persona es un buen jugador, pero no deja de ser uno de tantos que rondan por todas las canchas del país. Pero ahí está la cuestión de cómo Argentina saca tantos jugadores que en países muy futboleros como el nuestro no son llamativos, pero en otros sitios, como Dinamarca, podrían jugar en la máxima categoría.
Finalmente, cuando empezaba a caer el sol y se daba por terminado el encuentro con un empate 1 a 1, el único aspecto negativo señalado por Frederiksen fueron los permanentes insultos y hostigamiento hacia el rival, como lamentablemente ocurre siempre en Argentina. A partir de este análisis, la evaluación final del escandinavo fue la que se hace siempre: la pasión del hincha argentino es hermosa hasta que pasa a transformarse, en muchos casos, en locura.
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