La importancia de poder combinar estas dos disciplinas junto al apoyo de los clubes más grandes de la ciudad de Rosario en los jóvenes
Por Germán Casagrande
Los términos fútbol y estudio son considerados antónimos para muchos jóvenes y adultos, sin embargo, son dos ramas o dos especialidades fundamentales para el crecimiento, aprendizaje y formación de un chico. Mayormente son los padres quienes se oponen a que sus hijos intenten profesionalizarse con la pelota y, por ello, aparecen los clubes o instituciones deportivas, que toman un papel clave a la hora de lograr un acuerdo entre las aspiraciones del chico y las de mamá y papá. Al respecto, fueron consultadas diferentes opiniones desde todo punto de vista (futbolistas, padres y dirigentes) que recalcan lo indispensable del estudio en la vida del jugador de fútbol.
Franco Vera es un adolescente de 18 años que tuvo que sobrellevar esta experiencia de ir a practicar en las inferiores de Rosario Central y también tener que asistir a una escuela: “No tuve muchos problemas con esto porque iba al colegio a la mañana, después entrenaba y, a las siete de la tarde, ya estaba en casa, por lo que si tenía que estudiar podía hacerlo de noche”. Igualmente, destacó que los profesores del instituto al cual iba entendían su situación, lo hablaban y hasta “daban una chance más si rendía mal una lección”, porque comprendían que no gozaba de los mismos tiempos que sus compañeros.
Otro caso es el de Lisandro Terré, de 21 años, perteneciente al plantel actual de Coronel Aguirre, que contó que cuando pasó por las juveniles de Rosario Central se le hacía muy complicado combinar las dos cosas. “Salía del colegio al mediodía y enseguida me iba a entrenar y llegaba a las seis de la tarde a mi casa”, expresó. Y agregó: “Cuando uno es joven tiene que meterle con el fútbol, porque no tenés fecha de vencimiento para estudiar, pero sí hay que hacer el sacrificio y no desaprovechar poder hacer las dos cosas”.
En este punto es cuando se hace fundamental la participación del club en la vida escolar del joven. “En Central nos decían que teníamos que ir a la escuela y a los chicos de la pensión les controlaban las notas y hasta contrataban personas para que los ayudaran y les exigieran ir al colegio”, contó Vera. Mientras que Terré afirmó esto mismo de su colega en cancha, pero sumó que en sus primeros años en el club no se los obligaba a estudiar, pero sí se lo recomendaban. Además, el jugador de Coronel Aguirre expuso que “al partido no se podía faltar, se jugaba y después se estudiaba lo que se podía”.
A su vez, en el dilema del fútbol o la escuela se hace muy fuerte la figura de mamá, hasta por encima de la de papá. Ulises Morán es un futbolista que tuvo la oportunidad de pasar por Newell’s y Tiro Federal y detallar lo complicado de combinar la pasión de siempre con el estudio. “Se hizo difícil porque a mi vieja no le gustó la idea, pero asumió que es lo que me gusta y, en consenso con mi padre, decidimos dejar los libros a un lado y dedicarme de lleno a mi carrera deportiva”, manifestó.
Vera dijo que su familia siempre escuchó sus intereses y nunca le planteó salir a trabajar, aunque sí lo estimulaban para continuar en la secundaria. Y Terré detalló que su madre es maestra y quería que estudiara a toda costa, que siga una carrera y tuviera un trabajo normal, pero su padre priorizaba más el fútbol aunque sin dejar de desarrollar sus conocimientos: “Uno lo maneja como puede. Ahora estudio y entreno”.
Y justamente en esa relación entre padres e hijos a la hora de optar por el fútbol o la escuela, la participación de los clubes toma un papel protagónico en el crecimiento del joven, tanto en el deporte como en el apoyo para ir a estudiar. Y como todo lo mencionado anteriormente refiere a clubes de Rosario, Deporte Semanario fue en busca de las voces oficiales de las diferentes instituciones de la ciudad.
C. A. Argentino, el secretario David Grande indicó: “La política del club con respecto a los juveniles es que tengan la posibilidad de estudiar. Solemos presentar cambios de horarios de los chicos para que cursen a la mañana y entrenen a la tarde. Con el deporte se busca complementar al estudio”.
“Los que los tienen que obligar a estudiar son sus padres. Nosotros le damos un apoyo, porque son chicos muy carenciados nuestros juveniles. Igualmente, se le da prioridad al estudio, es decir, no vamos a dejar al chico en el banco porque se fue a la escuela y no a la práctica. Esto lo hablamos con los técnicos”.
C. A. Central Córdoba, la palabra del vicepresidente Luis Ratari: “Tenemos controlado el tema del estudio con los colegios, explicándoles la situación, certificando que los juveniles están entrenando y hasta ahora da resultados. Mandamos notas a los institutos para que les reprogramen el examen en días de partidos y acceden. Queremos ayudarlos desde inferiores hasta que el chico crezca”.
“Con este nuevo plan de estudiar para los más grandes, les hicimos contacto y les damos la posibilidad de ir también a ellos. El estudio es primordial, después viene el deporte. Nosotros se lo explicamos y les exigimos que vayan a estudiar”.
C.A. Newell’s Old Boys, desde el sector de Prensa del club: “Nos recomiendan no hablar a nosotros, sino que se debe consultar directamente con los dirigentes. Suelen apercibirnos si no cumplimos esto”.
C. A. Rosario Central, lo que contó un allegado a las divisiones inferiores: “Desde el club, la orden es mandar a los chicos a estudiar, pero si el joven es más grande, perdió muchos años y no sigue cursando, se le buscan talleres o cursillos de electricidad, mecánica, etc. La idea es que mantengan la mente ocupada”.
“Dan la posibilidad de anotarse en un EMPA y, si no cumplís, no te dejan jugar”.
C.A. Tiro Federal, la predisposición del vicepresidente Marcelo Geralnik: Este medio se comunicó con el dirigente, quien en el primer llamado informó que no podía conversar todavía porque estaba ocupado y que se lo volviera a consultar a la hora. Luego de ese tiempo, Geralnik no atendió más el teléfono.
En conclusión, todas las opiniones refieren a que el estudio es esencial en la vida del jugador de fútbol. Y que ellos necesitan del consejo de su familia y del apoyo de los clubes a los que van a entrenar. El colegio también juega un papel importante en esta relación, ya que es la que comprende la situación y entiende que el deporte complementa el aprendizaje de un juvenil.
Los jugadores recomiendan hacer el sacrificio de combinar la pelota con los libros, pero priorizando el fútbol ya que “uno no tiene fecha de vencimiento para estudiar”, según Terré. Mientras que los padres conciben los deseos de sus hijos futbolistas y aceptan que puedan desarrollarse deportivamente, sin dejar de lado la educación. Y los clubes los apoyan, les exigen también asistir a instituciones académicas y hasta les felicitan ciertos permisos para que puedan estar presentes en una cancha y tener tiempo para rendir examen. Es decir, todos colaboran para que los chicos puedan estudiar y jugar a la vez para desarrollarse intelectualmente y crecer como profesional de este deporte.
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